Tú lenguaje corporal

Las mujeres suelen ser mejor que los hombres a la hora de leer el lenguaje no verbal y esto tiene una explicación evolutiva bastante simple: si una mujer no pudiese leer el lenguaje corporal de su bebé, éste moriría de hambre.

Los bebés no saben hablar, por lo que la comunicación con la madre depende exclusivamente del lenguaje no verbal. Pero el lenguaje no verbal es clave no sólo cuando somos bebés, es fundamental a la hora de codificar todos los mensajes. Es que generalmente no se trata de qué decimos sino cómo lo decimos. Un simple: “¿Sabés qué? No te soporto!” puede ser un duro rechazo si es dicho seriamente o puede ser un coqueteo juguetón si se expresa con una sonrisa, mordiéndose el labio inferior y ladeando suavemente la cabeza de lado a lado.

Muchos investigadores han confirmado lo que Darwin sugirió en 1872 en su obra The Emotions in Man and Animals:  en todos los contextos culturales existen elementos de comunicación no verbal que son comunes. El ejemplo más significativo en el juego de la seducción es el gesto universal de coqueteo que el biólogo Timothy Perper observó en culturas tan diferentes: si una mujer mira a un hombre a los ojos, sonríe y luego corre la mirada, es porque siente atracción por ese hombre. No importa si esto sucede en un pub de Miami o en una comunidad aborigen del amazonas. El lenguaje no verbal es el único universal.  

En un experimento, investigadores usaron lápices para manipular los músculos faciales de 169 participantes. A algunos se les pidió que sostuvieran el lápiz entre los dientes mientras miraban una caricatura animada; de esa manera vieron la animación con una sonrisa forzada. A la otra mitad del público se le hizo ver la misma animación sosteniendo un lápiz entre el labio y la nariz, con lo cual la expresión de sus rostros fue forzadamente seria. El resultado fue que quienes vieron el cortometraje sonriendo lo encontraron significativamente más divertido que quienes permanecieron serios. Sonreír, aunque sea forzadamente, reduce los niveles de stress y deja una huella emocional positiva en el estado de ánimo. Cuando sonrreímos, neurotransmisores llamados endorfinas se liberan activados por los movimientos de los músculos de la cara. Las endorfinas son responsables de hacernos sentir felices y reducir los niveles de stress. Quizá el mejor remedio contra un mal día es obligarse a sonreir.

El ABC del lenguaje corporal

El primer elemento a considerar es si el lenguaje corporal es abierto o cerrado a la interacción. Debemos tener en cuenta que todos los cruces, sean de brazos o de piernas, suelen transmitir un lenguaje corporal cerrado. Esto es instintivo y representa un símbolo de defensa: cuando nos cruzamos de brazos, inconscientemente intentamos proteger nuestros órganos vitales (corazón, pulmones, etc.); cuando cruzamos las piernas, procuramos resguardar nuestro órgano de reproducción. Por lo tanto, es necesario evitar cruzar las extremidades si participamos de una interacción que nos resulta agradable.

Es interesante destacar que así como una sonrisa, aunque sea forzada, deja una huella emocional positiva, un cruce de brazos aunque sea por frío o comodidad, transmite una emoción negativa. Por ejemplo: puede que estés dialogando con una mujer, la interacción va por buen camino pero hace frío y ella está cruzada de brazos. Si la situación se prolonga en el tiempo, la conversación comenzará a decaer. Ella probablemente nunca se haya dado cuenta que cruzar los brazos fué el principio del fin, pensará que la conversación simplemente era aburrida. ¿Qué podemos hacer, entonces? Si ella está cruzada de brazos, puedes destrabar ese lenguaje corporal pidiéndole que te sostenga algo por ejemplo. Por supuesto puedes ofrecerle un abrigo si la causa del cruce de brazos es el frío. De paso estarás ganándote unos puntos por tu caballerosidad.

¿Y cuál es la postura correcta para estar de pie? El peso del cuerpo debe estar distribuído en las dos piernas, si descansamos el peso del cuerpo sobre una pierna estamos transmitiendo sensación de cansancio. Es común alternar el peso entre una y otra pierna para darles descanso alternativamente, pero eso transmite fatiga y ésta no resulta particularmente atractiva. Como he dicho, lo mejor es pararse con el peso repartido en ambas piernas y mantenerlas separadas a la distancia del ancho de hombros. Lo mismo debemos hacer al caminar.

Es importante no encorvarse, mantenerse en pie derecho. Quien está de pie con una postura recta gana varios centímetros de estatura y la altura es atractiva: desde niños la asociamos con la autoridad y la seguridad, quien está arriba manda. El mundo laboral también es mejor para los más altos: según el Wall Street Journal los graduados de facultades con 1,87cm o más reciben salarios iniciales %12,4 mayores de aquellos que miden menos de 1,82cm. En un estudio publicado en la revista The Economic Record el parlamentario austríaco Andrew Leigh ha estimado que en Australia medir cinco centímetros por encima de la media (1,78 metros) implica cobrar 950 dólares más al año, sobre todo en hombres. Otro dato a favor de los centímetros:  En las elecciones de EEUU no es presidente un candidato más bajo que la media nacional desde 1830. En definitiva, en general las personas más altas ocupan puestos de más responsabilidad y ganan más. No conviene desaprovechar ni un centímetro de tu altura. Existen incluso zapatos con tacos sutiles para hombres y hasta plataformas para ganar algunos centímetros disimuladamente.

(Más sobre cómo generar atracción en las mujeres en esta entrada)

Punto aparte merece la forma en que llevamos la bebida, pues en los bares de citas es común beber algo. Es importante cuidarse de no sostener la bebida a la altura del pecho o cerca de la boca, como suele hacer la mayor parte de la gente. De ese modo estamos mostrando más interés por la bebida que por la persona que tengamos frente a nosotros. Se trata simplemente de sostener la bebida junto a la cadera y llevarla a la altura de la boca sólo cuando deseemos beber, regresándola luego de inmediato al lugar apropiado.

Por último una indicación de carácter general: tomar la iniciativa en el contacto físico lleva las de ganar. En “Captando la mirada del sexo femenino: Patrones y consecuencias del comportamiento no verbal masculino en contextos de cortejo”, Lee Ann Renninger, T. Joel Wade y Karl Grammer hallaron, luego de muchísimas horas de obbservación en bares, que los hombres que más éxito tienen son aquellos que llevan la iniciativa en el contacto físico. Ellos parecen pertenecer a un estatus social más elevado y gozar de mayor status que aquellos que permanecen pasivos o evitan cualquier tipo de roce. Transmitir confianza más allá de las palabras, de eso se trata.

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