Para comenzar, debes hacer un análisis de tu situación financiera actual y conocer con detalle la manera en que se comporta tu dinero.
Para este punto, debes responder a preguntas como las siguientes:
Ya conociendo el comportamiento de nuestro dinero, es hora de poner orden... y, para ello, debemos identificar cada uno de nuestros ingresos y egresos. Con dicha información, lo que vamos a hacer es organizarla de tal manera que podamos tener control sobre nuestras finanzas.
En este punto, se vale usar herramientas tales como:
Lo importante es que nuestra información financiera esté organizada y disponible para mantenerla bajo control. Usa el sistema, la herramienta o el método que te resulte más sencillo y práctico, incluso puedes hacerlo con una libreta y un lápiz.
Para este punto ya debes haber puesto orden a tus finanzas y es hora de sellar los "agujeros de tus bolsillos". Revisa tu información financiera e identifica los gastos innecesarios para eliminarlos, pero no olvides que no tiene sentido minimizar gastos a costa de calidad de vida, a menos que se trate de sacrificios temporales que contribuyan a un plan financiero a largo plazo. Seguro que tienes varios gastos innecesarios, búscalos y elimínalos.
Lo más complicado de los presupuestos no es elaborarlos, sino cumplirlos. Usando Google puedes encontrar diversas plantillas y aplicaciones que te ayudarán a elaborar presupuestos fácilmente, pero recuerda que lo más importante es ser muy disciplinado y cumplir con lo que presupuestes.
Los presupuestos son básicamente proyecciones financieras que te ayudan a hacer un uso eficiente de tu dinero. Ten por seguro que si planeas la manera en que vas a hacer uso de tus recursos financieros, al final el dinero te va a rendir mucho más.
También, es muy importante elaborar proyecciones financieras cuando vayas a realizar inversiones significativas o a solicitar créditos, de lo contrario puedes terminar adquiriendo deudas cuyos intereses pueden salirse de tus manos con el pasar del tiempo.
Construir nuevas fuentes de ingresos puede parecer complicado, pero es un paso clave para el crecimiento financiero. No es algo fácil, pero seguro que con mucha creatividad puedes ingeniártelas para encontrar maneras de generar ingresos extra.
Para aumentar ingresos puedes, por ejemplo, iniciar un negocio, arrendar o alquilar maquinas o inmuebles de tu propiedad, invertir en mercados financieros u ofrecer servicios como freelance en tu tiempo libre. Solo es cuestión de que te animes a explorar y probar con algunas opciones.
Algo muy interesante es que, con reducir egresos y aumentar ingresos, te va a quedar dinero que debes ahorrar para construir capital de inversión y luego lanzarte a crear activos que te generen ingresos que no dependan 100% de tu esfuerzo físico o mental. Cuanto más trabaje tu dinero, menos tendrás que trabajar tú.
El mundo de las inversiones es apasionante y está lleno de oportunidades para crecer financieramente, pero debes estar dispuesto a capacitarte si quieres obtener resultados sostenibles en el tiempo. Invertir sin tener el conocimiento ni la experiencia para hacerlo, no es más que apostar.
Entre más inviertas (correctamente), más ingresos vas a recibir y podrás re-invertir. Es como un ciclo en que el límite lo pones tú, pero recuerda también invertir en tu felicidad, en tu calidad de vida y en contribuir para impactar positivamente la vida de los demás. De nada sirve tener mucho dinero si a cambio estás sacrificando otros aspectos importantes.